
Un fuego en un establecimiento del Mixto despierta a los vecinos durante la noche
El reloj marcaba las 22:03 cuando el aire de la calle Puerto Rico dejó de oler a verano y empezó a oler a plástico quemado. Un zumbido tenue, seguido de una oscuridad sospechosa en la esquina del bajo comercial que lleva años con el cartel “Se traspasa” sin traspasar nada. Y entonces, como en una coreografía sin ensayo, vecinos asomados, móviles al 112 y gritos que rompen el tedio de un jueves cualquiera en la barriada del Mixto.
El humo, espeso como la noche y negro como el asfalto mojado, brotaba sin llamaradas. Un incendio sin llama, pero con intención. Un cargador defectuoso —bendita tecnología maltratada— fue el origen del susto. Pero más allá del hecho aislado, lo ocurrido ha vuelto a poner en primer plano algo que muchos locales pasan por alto: la obligación de contar con extintores adecuados y en correcto estado para obtener o mantener la licencia de apertura.
Porque, cuando todo arde en silencio, sólo el equipo adecuado puede evitar la catástrofe. Y entre esos equipos, uno destaca por su eficacia en este tipo de fuegos eléctricos: los extintores CO2.
La importancia del primer minuto: actuar antes de que lleguen los bomberos
Vecinos con bata, zapatillas y más valentía que muchos. Eso fue lo que se encontró la Policía Local al llegar al lugar. Mientras los profesionales se organizaban, los ciudadanos hacían lo que podían con los medios disponibles. Y por suerte, en este caso, había extintores. Uno por aquí, otro por allá. Viejos, con polvo, pero funcionales.
Ese gesto, el de sacar un extintor de debajo del mostrador o del trastero, no es casual. Es obligatorio. El Reglamento de Seguridad Contra Incendios en los Establecimientos Industriales y Comerciales deja claro que todo local con actividad debe contar con sistemas de extinción adecuados al riesgo presente, incluyendo extintores portátiles correctamente señalizados y revisados.
No tenerlos no solo compromete la seguridad. También es un incumplimiento grave que puede acarrear el cierre del local o sanciones económicas. Y no hablamos de casos lejanos. Hablamos del Mixto. De aquí. De ahora. Por eso, si aún no los tienes o si no sabes cuál te corresponde, conviene informarse bien y comprar extintores CO2 certificados cuanto antes.
Extintores y licencia de actividad: una pareja inseparable
Para abrir un establecimiento comercial, hostelero o incluso un simple despacho, las autoridades municipales exigen un proyecto técnico en el que se incluya, entre otros muchos aspectos, el plan de emergencia y los sistemas de extinción instalados.
Si no hay extintores, no hay licencia. Si los hay pero están caducados, oxidados o sin señalizar, tampoco. La normativa es tajante porque está pensada para proteger vidas, bienes y, en definitiva, barrios enteros como el del Mixto, donde una chispa puede acabar en tragedia. En este sentido, resulta clave contar con elementos de protección contra incendios. Si desea saber más sobre licencia de apertura para negocio, recomendamos leer el siguiente artículo: cuanto vale la licencia de apertura de un negocio
Un cargador, un chispazo, un susto: lo que no se ve también arde
El fuego del jueves no tuvo llama. Pero sí humo. Mucho. Lo suficiente como para dejar sin aliento a más de un vecino, para teñir las paredes del local y para obligar a desalojar por precaución la vivienda superior. Un pequeño foco, de origen eléctrico, pero con consecuencias que pudieron ser mayores.
¿La lección? Los incendios eléctricos no siempre se manifiestan con llamas. Por eso no todos los extintores valen. Los de polvo pueden ser eficaces, pero ensucian y dañan equipos electrónicos. Los de espuma son ineficaces en estos casos. El CO2, sin embargo, es limpio, no conductor y eficaz en espacios cerrados.
Y no, no es un lujo. Es una obligación. Legal, ética y operativa.
Lo que se apaga hoy puede salvar mañana
La intervención rápida de vecinos y profesionales evitó una desgracia. Pero no siempre se corre con esa suerte. En muchos otros casos, lo que empieza como un susto termina en cierre, pérdida económica o algo peor. Por eso insistimos en que la prevención no puede improvisarse.
Revisar extintores, mantenerlos visibles, formar al personal del local en su uso, y tener claro el tipo de fuego que puede producirse según la actividad comercial desarrollada. Ese es el verdadero seguro de vida de un negocio.
Y si no se tiene claro por dónde empezar, existen empresas especializadas en sistemas integrales de protección, que asesoran, instalan y mantienen la seguridad del establecimiento al día.
El fuego del Mixto nos recuerda que la seguridad es parte del negocio
El barrio ha recuperado ya su tranquilidad. La calle Puerto Rico vuelve a oler a cena casera y a terraza de verano. Pero el eco del incendio sigue presente en la memoria de quienes lo vivieron. Y si sirve para que un solo local revise su plan contra incendios, habrá cumplido una función más allá del susto.
Porque un negocio puede sobrevivir a la falta de clientes. Pero no sobrevive a un incendio sin medios de extinción adecuados. El extintor CO2 que no se tiene hoy, puede ser el que se eche en falta mañana. Que no nos pille el fuego con la persiana bajada y los deberes sin hacer.
